Son muchos los dibujos animados que abargan mi memoria. Muchos de ellos sólo pasaron a entretenerme, otros como este caso, les guardo un especial cariño.
Astérix y Obélix son de sobra conocidos por todos. Son mucho los cómics que me leí de ellos. Sus aventuras me fascinaban, me divertían, me hacían reír e incluso aprendía. Quizás el causante de todo aquello (y al cual agradezco todo aquello) de que tanto mis hermanos y yo nos apasionáramos con la lectura en este caso los cómics, sea mi abuelo ya fallecido, Tonet. Siempre que he visto algo relacionado sobre ellos o Tintín o Mortadelo y Filemón me han llegado recuerdos, y muy buenos sobre él. Todavía conservamos en mi casa las películas de Astérix. Las regalaban con el periódico "La Verdad" y mis hermanos y yo las pusimos tanto que éramos capaces de recitar los diágolos enteros.
Así que por ellos y por mi abuelo Tonet va dedicado este post, con varios momentos de aquellas películas.
Esta parte a mis hermanos y a mi nos encantaba:
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